lunes, 5 de septiembre de 2016



LA LENGUA, LA BASE DE LA COMUNICACIÓN



En las primeras interacciones con sus cuidadores en la estancia infantil, los pequeños escuchan palabras o expresiones y reaccionan a ellas con la risa, el llanto o el balbuceo. 


Progresivamente se van familiarizando con el ritmo, el tono y las palabras de la lengua que aprenden y empiezan también a entender su significado. Y así sucesivamente también son capaces de entender y utilizar expresiones mas complejas gracias no solo al entorno familiar más próximo, sino también el hecho de formar parte de un grupo con pequeños de su edad.


Durante su etapa en la estancia infantil, existe un ambiente estimulante para que puedan desarrollar su capacidad de expresión oral, en este sentido, el entorno familiar y las oportunidades de comunicarse con otros niños o adultos son variables e influyen enormemente en el desarrollo de la expresión oral.


La escucha se convierte en el espacio adecuado para el desarrollo del habla y de las capacidades de aprendizaje de niñas y niños ya que les permite ampliar el uso del lenguaje fuera del ámbito familiar, enriquece su vocabulario y propicia el contacto con sus iguales.


Avanzar en el dominio del lenguaje oral no solo depende de en la expresión oral sino de aprender a escuchar, ya que la escucha permite comprender conceptos y reforzar ideas.
Algunas de las actividades que favorecen la práctica del habla y la escucha es:
  • Narrar una historia real o inventada.
  • Conversar y dialogar a su manera con sus pequeños compañeros.
  • Responder a preguntar abiertas simples por sus cuidadores que requieran solo la respuesta SI o NO o para elegir un objeto en lugar de otro.










No hay comentarios:

Publicar un comentario